Elimine el stress, juegue squash

Elimine el stress, juegue squash

Written by Horus Ruiseco Jacobo (recopilación)

El squash cautiva a quien lo juega por primera vez y lo hace su seguidor por mucho tiempo, pues unos cuantos minutos bastan para dejar en la cancha el estrés acumulado; de ahí que sea de los deportes más practicados en las grandes ciudades. ¡Conózcalo!

Si el squash tuviera que definirse con una palabra tendría que ser “rapidez”, pues de esta forma es como el cuerpo tiene que responder a esta actividad, ya que todos los sentidos están puestos en la pelota que se mueve a gran velocidad en un rectángulo que encierra a 2 jugadores.

El concepto central de este deporte es el siguiente: la pelota se golpea con una raqueta, de manera que pegue en la pared de enfrente o las dos de los costados, mientras el oponente debe responder antes de que caiga dos veces al piso, que de suceder otorgará un tanto al rival.

La cancha mide 9.75 metros de largo por 6.40 de ancho, y en dicha área los jugadores tienen que moverse rápidamente, ejecutando repetidas aceleraciones y giros. De acuerdo a médicos del deporte la frecuencia cardiaca aumenta rápidamente durante los primeros instantes del juego y permanece estable entre 150 a 170 latidos por minuto durante el resto del partido, el cual tiene una duración aproximada de 90 minutos (en promedio el ritmo cardiaco de un adulto normal en estado de reposo es 70 latidos por minuto).

Más de cien años de historia

El squash, al igual que tenis, frontenis y frontón, tiene su origen en un deporte practicado por lo franceses en el siglo XIV, le paume (la palma de la mano), del cual surgiría posteriormente el jeu de paume, “tenis real” o sencillamente “tenis”.

El juego con raquetas y pelotas se extendería por Europa y a principios del siglo XIX, en Londres (Inglaterra), se inició una nueva variedad del deporte llamado rackets, practicado por reclusos de la prisión Fleet, quienes tuvieron que adaptar su ejercicio favorito a su condición de encarcelados.

La popularidad de este deporte creció rápidamente y en 1830 los estudiantes de la escuela Harrow (en el mismo país) hicieron una modificación a la esencia del juego rackets (ahora se permitiría que la pelota botara en el piso una sola vez para poder contestarla), dando con ello vida al ahora nombrado squash; no obstante, sería hasta 1864 cuando oficialmente fue declarado deporte.

Como sucede en cualquier otra práctica deportiva, constantemente se han hecho modificaciones a las reglas del squash, a fin de perfeccionarlo; por ejemplo, fue en 1932 cuando se aceptaron internacionalmente las dimensiones de la cancha que hoy conocemos y se dejaron de lado los criterios ingleses y norteamericanos para establecer un solo reglamento de juego, el cual contempla un sistema de puntaje a nueve tantos, lo que otorga un juego al que lo logra, y habrá ganado el partido quien tenga más en los cinco que establece la regla.

El gran impulso del squash en el mundo se inicia en la década de los 60 gracias a Jonah Barrigton. Actualmente, se estiman cerca de 15 millones de jugadores en el mundo.

Lesiones, si no hay cuidado

Como se explicó con anterioridad, el squash es un deporte muy ágil que requiere el óptimo estado de músculos, tendones y articulaciones, pues las constantes aceleraciones y movimientos bruscos pueden generar lesiones, principalmente en quienes se inician en la práctica o no ha realizado calentamiento previo.

Entre las contusiones más comunes se pueden mencionar los esguinces (torcedura de ligamentos) de muñecas, tobillos y rodillas, debido principalmente a constantes giros y deslizamientos, así como a la pérdida del equilibrio.

Para salir adelante del problema la parte dañada debe permanecer inmóvil, y de presentarse algún moretón deberá aplicarse hielo envuelto en una tela durante 20 minutos, pues mantener fría la zona lesionada ayuda a controlar el sangrado interno; se recomienda recurrir a medicamentos antiinflamatorios, relajantes musculares y rubefacientes (agente que produce enrojecimiento de la piel y aumenta la temperatura de la zona donde se aplica) que se venden sin receta, además de un vendaje elástico.

La espalda también suele resentir la combinación de posturas agachadas, sobreestiramiento y tensiones excesivas, lo que genera dolor y dificultad para acostarse, sentarse o estar de pie; son igualmente susceptibles de lesiones musculares las pantorrillas, muslos y brazos, en los cuales son comunes los desgarres, es decir, los tejidos se abren por efecto del esfuerzo. En ambos casos se recomienda el uso de analgésicos y antiinflamatorios de venta libre, pero lo mejor es que un médico general revise la lesión.

Los problemas en meniscos también hacen acto de presencia; se trata de tejidos semicirculares responsables de la rotación de las rodillas, los cuales suelen romperse si se extralimita su elasticidad, y su recuperación puede ser lenta y prolongada, siendo muchas veces motivo de intervención quirúrgica. Este tipo de lesiones se presentan cuando se gira el cuerpo a nivel de la rodilla y se mantiene el pie fijo en el piso.

Resulta también importante mencionar los problemas que causan los golpes con raqueta y pelota, los cuales son motivo de contusiones; las más graves ocurren a nivel de los ojos, pues el tamaño de la pelota se ajusta casi totalmente a la órbita ocular, ocasionando graves daños al ojo.

Calentamiento y alimentación

La mejor manera de prevenir lesiones en el squash es realizando calentamiento previo al juego, enfocado principalmente a la flexibilización de las articulaciones.

Por ejemplo, para manos y muñecas, se estira el brazo totalmente hacia el frente con la palma de la mano apuntando hacia abajo, a continuación, se dobla la muñeca hacia arriba ayudándose con la mano libre para lograr máxima flexión, sin llegar a causar dolor; se recomienda mantenerse así durante 4 a 6 segundos y repetir 5 veces con cada muñeca. Haga el mismo ejercicio doblando la muñeca hacia abajo.

Nuevamente estire el brazo totalmente hacia el frente y con la palma de la mano apuntando hacia abajo cierre el puño y doble la muñeca hacia arriba. Gire el puño hacia el lado izquierdo hasta el límite de la articulación para después voltearlo al lado contrario, hasta el límite y sin que cause dolor; haga tres series de 10 repeticiones con cada brazo.

Para el antebrazo, extienda el brazo en posición horizontal hacia fuera del cuerpo y cierre el puño; la palma de la mano debe apuntar hacia el frente. Una vez en esta posición gire el antebrazo hacia el pecho y regréselo a la posición original, volviéndolo a hacer 10 veces; haga tres series de 10 repeticiones con cada brazo.

Otro ejercicio consiste en colocar el brazo extendido en posición horizontal hacia el frente del cuerpo, con la palma de la mano hacia arriba; flexione el antebrazo hacia arriba, hasta el límite de la articulación, repitiendo 10 veces; haga tres series de 10 con cada brazo. Uno más consiste en colocar el brazo extendido en posición horizontal hacia el frente del cuerpo, cerrando el puño; haga 10 giros hacia la derecha, y luego los mismos a la izquierda. Repita con el otro brazo.

Los hombros estarán listos para iniciar el juego después del siguiente ejercicio: de pie con los brazos extendidos hacia abajo y paralelos al cuerpo, levante ambos hombros y hágalos girar, de manera continua, hacia el frente, abajo, atrás y arriba, hasta llegar a la posición original.

Asimismo, resulta fundamental la alimentación en la práctica de este deporte. Así, el consumo de carbohidratos y proteínas de calidad aportarán la energía que se requiere; los primeros se encuentran en azúcar, pan, pastas y cereales, mientras que los segundos en carnes rojas y blancas, huevo, leche y quesos, principalmente. Tome abundante agua, no sólo en los entrenamientos; por los menos ocho vasos al día.

Finalmente, entre los beneficios que el squash brinda a la salud destacan:

Ejercita corazón y pulmones.
Brinda fortaleza muscular.
Mejora reflejos debido a las reacciones rápidas que obligan llegar a la bola.
Las carreras cortas proporcionan velocidad a su ejecutante.
Optimiza la coordinación de movimientos.
Genera agilidad al cambiar de dirección en poco tiempo y espacio.
Mejora balance y equilibrio.
Aumenta la fortaleza del sistema óseo.
Fortalece al sistema inmunológico (el que nos protege de infecciones).
Favorece la flexibilidad de las articulaciones.
Ayuda a quemar grasa.
Por lo anterior puede entenderse porqué el squash es hoy día uno de los deportes más practicados en las grandes ciudades; ¿se animan?

http://www.saludymedicinas.com.mx/centros-de-salud/salud-mental/ejercicio/squash-fuera-estres.html
Autor Lido Coronado